¿Qué produce la hipertensión en gatos y cómo podemos combatirla?
Ya te hemos hablado en otras ocasiones de la hipertensión en gatos. Esta vez nos centramos en las causas de este grave problema y en cómo se puede tratar.
Te hemos hablado en varias ocasiones de la hipertensión en gatos, ese “asesino silencioso” que pone en peligro la vida de tu gato sobre todo en la edad sénior.
Recuerda que es muy importante el diagnóstico y control precoz de este problema, antes de que cause lesiones graves a tu compañero felino. Por eso, a partir de los 7 años las revisiones veterinarias deben ser, como mínimo, anuales: de esta forma se evitará que la hipertensión no diagnosticada a tiempo tenga consecuencias que acabarán con la calidad de vida de tu gato.
Las causas principales de la hipertensión felina
La hipertensión, en general, puede ser de dos tipos: primaria o idiopática, que quiere decir que se produce sin una causa aparente, y secundaria o causada por otra enfermedad. La primaria es habitual en las personas, pero muy rara en los gatos. Sin embargo, los felinos sí sufren con frecuencia hipertensión arterial como consecuencia de problemas renales e hipertiroidismo.
Hay otras dos causas de hipertensión en gatos que son menos frecuentes, pero también se dan: acromegalia y enfermedad de Cushing. Sin entrar en detalles clínicos, la acromegalia se produce por una excesiva secreción de hormona de crecimiento, generalmente debida a la presencia de un tumor en la glándula que produce esta hormona, y la enfermedad o síndrome de Cushing es otro desequilibrio producido por un tumor (en este caso en las glándulas adrenales o la pituitaria), que hace que el organismo del gato produzca una cantidad excesiva de corticoesteroides.
Como la hipertensión felina suele tener una causa que la produce, es necesario que el veterinario averigüe cuál es y así pueda empezar a tratarla. Habrá que tener ciertas precauciones en casa, para que el problema no se acentúe por una mala alimentación, estrés, etc. Pero, además, el facultativo puede prescribir un protocolo de tratamiento que controle la causa principal de la hipertensión y la propia hipertensión.
Opciones de tratamiento de la hipertensión en gatos
Cuando un gato sufre hipertensión, es prioritario controlarla cuanto antes para que no cause lesiones graves (ceguera súbita, fallo cardiaco, fallo renal o problemas en el sistema nervioso). Existen medicamentos que el veterinario puede recetar para conseguirlo, como Amodip, que fue el primero que recibió autorización en España para tratar específicamente la hipertensión felina.
Además, es fundamental tratar también la causa de la hipertensión. De lo contrario, por muchos medicamentos y cuidados que reciba el gato el problema irá a peor. Respecto a una de las causas más frecuentes, la enfermedad renal crónica felina, la mala noticia es que es incurable; la buena que con un tratamiento adecuado y unos controles veterinarios periódicos podemos detener su avance y conseguir que el gato siga teniendo una buena calidad de vida.
En cuanto a la otra causa habitual, el hipertiroidismo, pueden administrarse medicamentos, tratar mediante intervención quirúrgica extirpando el tiroides o, lo más eficaz e indoloro para el gato, tratar con iodo radiactivo. Este último tratamiento está disponible en pocos hospitales en España, pero es el que mejor funciona para controlar esta causa de hipertensión.
Lo más importante respecto de la hipertensión felina: la prevención
Como ves, hay forma de tratar la hipertensión de tu gato, pero si no se hace a tiempo su vida puede peligrar , como mínimo puede sufrir consecuencias muy graves que deterioren de forma irreversible su bienestar.
Por eso no nos cansaremos de insistir en la importancia de las revisiones veterinarias periódicas, al menos anuales a partir de los siete años, para detectar la hipertensión felina y sus causas lo antes posible y atajar de esta forma todos los problemas que podrían presentarse después.